Resumen

Un día se le plantó en su vida Eva a Adán y lo mismo le ocurrió a Eva y la vida en el paraíso nunca volvió a ser la misma. A Eva le daba por poner nombres a las cosas y a los animales. Una vez se empeñó en comparar unas cataratas con las del Niágara, sin saber por qué y Adán esta deslumbrado con lo absurdo de esa manía de comparar con cosas que no sabe lo que son, como eso de llamar peces a las criaturas del mar.

Eva, por el contrario, afirmaba que los nombres le venían sin pensárselo, como el descubrimiento del fuego y que eso no le agradaba para nada a Adán, le preocupaba sobremanera que él se manifestara molesto. Eva se sentía triste, se sentía sola, se sentía maravillosamente feliz… y todos esos sentimientos también son hallazgos de Eva.

Luego de pasar mucho tiempo conociéndose mutuamente cada uno aprendió a aceptar a el otro, hasta llegar a el punto de relacionarse intima y sentimentalmente, siempre  tuvieron una intriga por el fruto prohibido. lo cual les causaba una gran ansiedad, hasta que un día decidieron probarla y por eso fueron desterrados del paraíso.

Pasando el tiempo tuvieron dos hijos a los cuales los nombraron Cain y Adel, al principio Adán los nombro como animales extraños hasta que se dio cuenta que eran como el. 

 

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